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Garantizar la continuidad financiera del Estado: mantener cada día un saldo acreedor en la cuenta única del Estado.

La cuenta única del estado es objeto de un seguimiento riguroso

La tesorería del Estado está centralizada en la cuenta única del Tesoro, en la que se vuelca el conjunto de los movimientos financieros ejecutados por más de 5 000 contables públicos, dotados cada uno de ellos de una o varias cuentas de operaciones.

El cómputo a 31 de diciembre de 2016 era de 6 533 cuentas operativas.

Los movimientos son centralizados en tiempo real por el Banco de Francia en su calidad de tenedor de la cuenta del Estado.

Los movimientos corresponden a las operaciones:

  • de los presupuestos del Estado, tanto de entrada como de salida;
  • de los corresponsales del Tesoro, es decir de los organismos que depositan sus fondos en la cuenta única del Tesoro;
  • de la propia Agence France Trésor (amortización de la deuda vencida, pago de intereses, operaciones de depósito, márgenes de garantía…).

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La AFT vela por que la situación de tesorería del Estado haga posible en todo momento la correcta ejecución de las operaciones financieras que se imputan en la cuenta del Tesoro en condiciones de máxima seguridad. A tal efecto, la AFT sigue en tiempo real la ejecución de los movimientos de entrada y salida en la cuenta única del Tesoro en el Banco de Francia. En 2016, estos flujos de tesorería registraron una media diaria de 17,8 MM€.

La gestión activa de la tesorería evidencia la persistencia del entorno de baja rentabilidad en la zona euro

La gestión de la tesorería encomendada a la AFT se basa en las previsiones realizadas cotidianamente. Dichas previsiones permiten evaluar los importes necesarios a la financiación de las operaciones destinadas a ser imputadas en corto plazo en la cuenta del Tesoro.

La búsqueda de una correcta gestión del dinero público lleva a la AFT a poner en práctica una gestión activa de la tesorería del Estado. De esta forma, los excedentes temporales de tesorería pueden ser colocados en el mercado interbancario en caso de que, habida cuenta del perfil de riesgo de la contraparte, ello genere un rendimiento

interesante en comparación con las condiciones propuestas por el Banco de Francia para la tenencia de los mencionados activos líquidos. Dichas operaciones son realizadas en forma de depósito o de repo inverso de títulos del Estado.

En el actual contexto de política monetaria expansiva, la abundancia de activos líquidos en el mercado interbancario europeo reduce el interés de las contrapartes bancarias por los préstamos propuestos por la AFT. Este entorno había influido en la actividad de colocación de activos de la AFT ya en 2015, con unas 3 500 operaciones con las contrapartes por un volumen medio de 18,2 MM de euros.

La abundancia de liquidez se fue reforzando a lo largo de 2016. El EONIA (tipo de referencia para los préstamos en euros dentro del mercado interbancario), por ejemplo, se situó de media en el -0,319%, lo cual repercutió sobre la actividad de colocación de activos de la AFT. El importe medio de las colocaciones se elevó así a 13,4 MM

de euros en el primer semestre y a 7 100 millones de euros en el segundo. En total, a lo largo del año se contabilizaron unas 1 057 operaciones.

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La reducción del saldo vivo de deuda a corto plazo permite reducir la exposición al riesgo de tipo de interés

El entorno de baja rentabilidad provocó la anotación en tesorería de importantes primas de emisión durante las subastas de títulos de deuda a medio y largo plazo (véase página 70 “Primas o descuentos de emisión”).

La AFT ha adaptado su estrategia a este entorno. Los recursos adicionales de tesorería generados por las primas de emisión permitieron reducir el endeudamiento a corto plazo por un total de 18 700 millones de euros de finales de año a finales del siguiente. Esto redujo la exposición del Estado al riesgo de tipo de interés.

Los depósitos de los corresponsales del tesoro son una fuente estable de financiación

Las entidades que, por obligación1 o a título facultativo, depositan sus activos líquidos en la cuenta única del Tesoro reciben el nombre de corresponsales del Tesoro. Exceptuando las cuentas del programa “Inversiones a Futuro”, estos saldos vivos representaban a 31 de diciembre de 2016 un monto total de 102 300 millones de

euros. Estos activos líquidos constituyen una fuente para la tesorería del Estado.

Los movimientos anotados en las cuentas de los corresponsales del Tesoro repercuten directamente en la cuenta única del Tesoro. La AFT supervisa cada día los avisos de tesorería que efectúan estos corresponsales. Esto le permite determinar los flujos que se van a imputar en la cuenta del Tesoro, aproximándose lo más posible al día

de ejecución y a su cuantía. Concretamente, los entes territoriales y las entidades públicas tienen la obligación de avisar a la AFT –la víspera a 16 horas a más tardar– de toda operación financiera por un valor superior a un millón de euros. En 2016, la tasa de avisos relativa a dichas operaciones por cuantías elevadas se situó en el 98,2% en el caso de los entes territoriales como en el de las entidades públicas, resultado superior al objetivo de desempeño marcado por la ley de presupuestos para 2016.

Desde 2011 entró en vigor el llamado dispositivo de “supervalidación”, creado para contribuir a la seguridad de la gestión de la tesorería del Estado. Dicho dispositivo permite a la AFT posponer hasta el día siguiente toda operación de débito por un importe superior a 1 millón de euros ordenada por alguno de los corresponsales del

Tesoro sin que haya sido dado el preaviso la víspera. La AFT puede autorizar el débito inmediato, pese al incumplimiento del requisito de preaviso, en caso de que la operación no acarree riesgo para el saldo de la cuenta única del Tesoro. Se dice entonces que la operación ha sido “supervalidada”. En 2016 fueron supervalidadas 228

operaciones: una cantidad ínfima con relación al total de movimientos registrados y una prueba más de la disciplina de los organismos del Estado.

1 En virtud del decreto relativo a la gestión presupuestaria y contable pública de 7 de noviembre de 2012, la mayoría de las personas jurídicas públicas tienen la obligación de depositar sus fondos en el Tesoro. En concreto, están sujetos a esta obligación los entes territoriales, las entidades públicas y los hospitales. Este decreto entró en vigor el 30 de junio de 2014.